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lunes, 30 de septiembre de 2013

Verano 2.013

 Carboneras (Cabo de Gata).- Partíamos hacia el Cabo de Gata, a primeros de agosto, con nuestra capacidad de asombro abierta de par en par para dejarnos sorprender por la belleza de los lugares que íbamos a visitar, y lo que de verdad nos dejó asombrados, nada más llegar allí, fue la amabilidad de sus gentes. La visita a El Cabo de Gata era una visita aplazada desde hace muchos años, pero en nuestra mente estaba la de conocer aquella zona y, una vez visitada, empezar a pensar en otro posible destino de nuestras próximas vacaciones. Pero en tan sólo nueve días, hemos cambiado de opinión y regresábamos a Córdoba con la idea fija de que, sea cuando pueda ser, nuestras próximas vacaciones volverán a ser en Carboneras.

El Cabo de Gata nos ha encantado, como no podía ser de otra manera, como a todo el que lo visita. Sus paisajes son impresionantes y, dentro de un mismo guión orográfico, de lo más variopinto. Además su extensión hace imposible que se pueda visitar en tan sólo nueve días. Este es uno de los dos motivos principales por los que tenemos decidido volver en cuanto podamos. El otro motivo, y ahora tan importante com el primero, volver a tener contacto con sus gentes.

Aquí tenéis el enlace a la galería de algunas de las fotos que hicimos durante nuestras vacaciones en El cabo de Gata:


Chipiona (Cádiz).- Aunque, como queda dicho, este año hemos aprovechado las vacaciones de verano para conocer nuevos lugares, nos hemos reservado unos días a finales de agosto para pasarlos en Chipiona, lugar de peregrinación familiar. Este año, como no podía ser de otra manera, en mi equipaje iba un elemento nuevo: mi cámara de fotos.

Iba buscando particularmente poder fotografiar algún ocaso espectacular, de esos que la playa de Regla o, mejor aún, del Marielo, te regalan cuando a la hora de irse el sol la marea está baja.

No ha habido suerte, y los días que he estado allí han sido de mareas altas al atardecer. Sólo algunas nubes que, sin estropear del todo los días de playa, han aparecido por las mañanas y por las tardes, han puesto algún atractivo que me han permitido, fotográficamente hablando, inventarme mis propias mañanas y mis atardeceres.

Lo que no cambia, sea cual sea el tiempo que haga y la configuración de los atardeceres que te encuentres, y con lo que saber que siempre te vas a encontrar cuando vayas a Chipiona en verano es con el disfrute de unos días de lo más plácidos en compañía de la familia y, en particular, con mi madre.

Aquí tenéis el enlace a mis fotos de los días que pasé en Chipiona:


Y aquí os dejo el enlace a mi página de Flickr donde encontraréis sendos álbumes de estos dos viajes con las mismas fotos que en este blog, más alguna diferente, pero, en todo caso, con una resolución mayor:

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